3.5.- Tarea.

Dominio público crisg

Las tareas son el medio mediante el cual el alumnado aprende,  practica y demuestra la adquisición de las principales destrezas que perseguimos como objetivo de cada unidad, y por tanto son tremendamente importantes.

Es tarea del profesorado del módulo modificarlas cada curso, para evitar la repetición respecto a cursos anteriores, y así hacer más difícil la entrega de tareas que no hayan sido elaboradas por el el alumno o la alumna, evitar que quienes repiten curso tengan que elaborar la misma tarea de nuevo, etc.

En la redacción de una tarea hay que tener en cuenta que incluya los siguientes aspectos:

• Tienen que cumplir criterios de evaluación y permitir alcanzar los resultados de aprendizaje basados en los contenidos.
• Se tiene en cuenta el número de horas de la unidad.
• Un caso práctico, que plantee una situación realista del mundo profesional en el que se desenvolverán al terminar el ciclo, en la que les resultará necesario saber hacer algo similar a lo que se les pide en esta tarea.
• El contexto de la tarea, que la sitúe en relación a lo aprendido hasta el momento, y en relación a tareas anteriores y/o a tareas siguientes.
• El enunciado, propiamente dicho.
• Los criterios de corrección y de puntuación, para que el alumnado esté informado y tenga la garantía de una corrección objetiva.
• Los recursos necesarios para su realización, si los hubiera.
• Consejos y recomendaciones que puedan resultarle útiles a la hora de abordar esta tarea.
• Indicaciones de entrega.

A veces, con el ánimo de hacer “la tarea perfecta”, no es raro que “se nos vaya la mano”, con el ánimo de incluir absolutamente todo, o de que el alumnado demuestre que lo sabe todo. No es raro que la tarea requiera más tiempo del que habíamos imaginado, que tenga un nivel de dificultad mayor del que creíamos, o que esté pidiendo repetitivamente la realización de una misma actividad, que no aporta mayor dificultad ni mejora lo que podemos evaluar, sino que simplemente añade más horas de trabajo para completarla por parte del alumnado y más horas de corrección para el profesorado.

Tampoco es infrecuente que el enunciado de una tarea incluya erratas o errores que directamente hagan imposible su realización.

¿Cuál es el mejor control de calidad para evitar estos problemas en una tarea?

Que nos pongamos en el lugar del alumnado, y elaboremos una solución para la tarea, que consideremos correcta y completa, a la que nosotros le daríamos un 10. No importa si se trata de una tarea con soluciones abiertas, que pueden ser muy variadas: de las infinitas soluciones que considerarías correctas, elabora una completamente, tal y como si fueras un alumno o una alumna con la obligación de entregarla. Al hacerlo, seguramente, encontrarás las deficiencias que pueda haber, y podrás ajustar el enunciado.

Con la solución conseguiremos un efecto colateral muy beneficioso: en caso de sustitución a mitad de curso, el profesor o profesora que se incorpora, que seguramente tiene que corregir las tareas en en pocos días, sin tiempo para haberse mirado los contenidos en muchas ocasiones, tiene un valioso elemento de juicio para valorar qué es exactamente lo que se está pidiendo, con qué nivel de complejidad, con qué extensión,... Una valiosa ayuda.

Resulta igualmente útil que, una vez que haya pasado la fecha tope de entrega de las tareas, se publique dicha solución para el alumnado, de forma que les sirva de referencia para los exámenes, o simplemente para aumentar el número de casos prácticos a estudiar, o para partir de una base sólida sobre la que continuar desarrollando la siguiente tarea en caso de que sean tareas incrementales.